Después de leer el capítulo «De la regla a las estrategias» del texto Cosas Dichas de Bourdieu, comente los siguientes puntos:
A) Las comunidades introducen en su funcionamiento una serie de estrategias para la reproducción y conservación. ¿Esto puede explicar fenómenos que observamos en México a modo de corrupción u ilegalidad?
B) ¿Las normas formales como la ley y la política (como mecanismo de definición de la ley) se estructuran de manera tribal? ¿Puede encontrarse aquí una aplicación de la propuesta de Bourdieu?
COMENTARIOS:
A) Las comunidades introducen en su funcionamiento una serie de estrategias para la reproducción y conservación. ¿Esto puede explicar fenómenos que observamos en México a modo de corrupción u ilegalidad?
Desde luego. Consideremos que el concepto de estrategia propuesto por Bourdieu se opone al de regla (con toda su ambigüedad, señalada por el sociólogo francés) y que remite dentro de la tradición estructuralista a una forma de actuar que se impone por su aparente autonomía con respecto de la subjetividad a todos los miembros de una sociedad. Es así que, ante la mirada del observador, todas las conductas estarían estructuradas de tal manera que los actores sociales reproducirían los comportamientos establecidos dando regularidad al sistema y demostrando la utilidad del modelo de observación estructural del científico social.
Bourdieu se opone a esta concepción tanto de forma de observación como de conceptualización del actuar social pues considera que ésta última depende de la primera: dado que el científico social estructuralista concibe a su objeto como independiente de sus propias preocupaciones prácticas, este objeto se le manifiesta como un orden de sentido perfectamente estructurado a partir de la objetividad de los comportamientos observados. La corrupción, en este sentido, sería entendida como una norma social, como una forma establecida y por ende viable de comportamiento considerada como legítima para una comunidad. La legitimidad de la práctica de la corrupción estribaría no en su aceptación generalizada como algo benéfico sino en el hecho de ser el comportamiento social esperado y que se pudiera expresar como en la fórmula “la regla está hecha para romperla”. Pero esta es precisamente la dimensión práctica que Bourdieu señala como evidencia de un razonamiento estratégico por parte de los actores sociales. Si el propio investigador reconoce que su acción (en este caso su labor como productor de conocimientos acerca de la sociedad) está regulada por normas pero que, a fuerza de alcanzar el resultado esperado de esa acción debe, constantemente, negociar el cumplimiento de esas normas, comprenderá que ésta, su situación en el espacio social, no es tan distinta de la que presentan los miembros de la comunidad observada. El investigador tendría que reconocer que para lograr su objetivo deberá poner en la balanza la plausibilidad de ajustar su investigación a los límites presupuestales de su institución, de hacer coincidir sus objetivos con los objetivos que la propia institución a la que pertenece se ha dado a sí misma, deberá negociar probablemente con los valores y con la posición política que la institución ha hecho públicos y será, hasta donde él mismo sea consciente, fiel a los compromisos y supuestos de la tradición científica en la que él y su institución se inscribe.
En esta situación el investigador deberá generar una estrategia que le permita tanto cumplir con un propósito social que él mismo reconoce como necesario y que le da sentido a su ejercicio profesional, como también ejercer su creatividad y adaptarse a las demandas que su propia labor le exige a costa de romper en algún momento, en mayor o en menor medida con la regla. Si el científico social es consciente de ello, será capaz de comprender la limitación de un modelo estructural que impide reconocer en el actor social a un agente capaz de incorporar el sentido de las normas sociales y al mismo tiempo someterlas a un proceso en el que éstas son evaluadas en la medida en que permiten alcanzar fines prácticos. El concepto de habitus supone esta capacidad de los actores sociales de incorporar esas normas bajo la forma de esquemas de clasificación y evaluación que no son fijos ni enteramente traducibles de un individuo a otro. Si esto es así, las estructuras son estructuradas, reproducidas, redefinidas por los agentes sociales a partir del juego de las posiciones que pretenden alcanzar con las estrategias que son capaces de generar en los diferentes campos del espacio social.
De acuerdo con este esquema, la corrupción es una práctica que se encuentra generalizada pero no por ello conforma un comportamiento cristalizado o normalizado que determina de manera necesaria las conductas referidas a los ámbitos en los que se presenta. Una persona cuyo capital simbólico incluye la convicción de que, no importando lo que los otros hagan, deberá respetar la ley por ser éste respeto un fin en sí mismo, o por estar convencida de que es un principio básico de civilidad o incluso por ser lo más útil para evitar conflictos, ella pondrá en práctica este principio y actuará en el mundo en consecuencia aun cuando el no hacerlo sea una práctica generalizada. Esto no quiere decir que, en una situación dada, sea capaz de negociar con este principio si la situación así lo amerita, pero permite comprender cómo los comportamientos sociales no están definidos de una vez y para siempre.
La corrupción es un juego en el que quienes participan conocen las reglas y negocian con ellas. El sentido del juego de la corrupción ha sido incorporado y forma parte de habitus de los individuos que la practican cotidianamente. Pero este juego no es un juego eterno ni inamovible.
B) ¿Las normas formales como la ley y la política (como mecanismo de definición de la ley) se estructuran de manera tribal? ¿Puede encontrarse aquí una aplicación de la propuesta de Bourdieu?
Volvamos al ejemplo del juego. ¿Puede una comunidad acordar qué juegos son preferentes con respecto a otros? Existe sin duda un consenso más o menos general con respecto a que la corrupción es mala. El problema parece radicar en que no existe el mismo grado de consenso con respecto a qué podemos identificar como corrupción (y qué no) y si a pesar de convenir en que es negativa existe posibilidad de librar exitosamente nuestras batallas en el espacio social sin recurrir a ella. El corromper o dejarse corromper forma parte del capital simbólico que los agentes que compiten en determinados campos sociales movilizan para obtener posiciones y hacer uso de recursos. Ellos participan activamente en la definición de las reglas no escritas de acceso y operación dentro de ese ámbito dotado de recursos y beneficios especializados. Un artista plástico talentoso puede saber que no exhibirá su obra a menos que rinda pleitesía a la élite cultural dejándose corromper por ella o negociando constantemente su acceso a los espacios pictóricos ponderando mérito y adulación. ¿Cómo cambiar colectivamente –tribalmente- esta situación?
El sistema de posiciones diferenciadas que representa el habitus propicia luchas simbólicas en las que los agentes pueden hacer conscientes sus disposiciones convirtiéndolas en parte de su capital simbólico, mismo que tratarán de hacer prevalecer frente a los agentes que poseen visiones del mundo distintas. La convicción de que es posible una sociedad que reconozca el mérito por sobre el clientelismo o la cooptación deberá enfrentar dos problemas para poder prevalecer frente a la convicción opuesta: primero, estar lo suficientemente generalizada de tal manera que un número creciente de agentes sociales la movilice como parte de sus recursos para escalar posiciones en el espacio social. Segundo, que demuestre además su efectividad en la vida práctica. De poco servirá una convicción creciente si, frente a la práctica normalizada de la corrupción no arroja los resultados deseados.
Saludos a todos.
Ma. Antonieta:
Después de leer el capítulo «De la regla a las estrategias» del texto Cosas Dichas de Bourdieu, comente los siguientes puntos:
A) Las comunidades introducen en su funcionamiento una serie de estrategias para la reproducción y conservación. ¿Esto puede explicar fenómenos que observamos en México a modo de corrupción u ilegalidad?
Sí. De hecho, en lo personal, me queda clara la razón por la cual las prácticas de corrupción se tornan en algo “aceptado” y que en la práctica, la sociedad lo asume como algo que” se vale hacer” (concepto de estrategia al que se refiere Bourdieu, el cual de alguna manera se opone al de regla que en su esencia es ambiguo), como lo remarca Bourdieu en este artículo para el estructuralismo, en el caso de la corrupción en México, la regla está dada (no a la corrupción) sin embargo la estrategia (el sentido práctico o sentido del juego que existe en la experiencia y más alla de la conciencia o del discurso), es decir las prácticas corrupta) se tejen dentro de la misma comunidad como resultado de una forma funcional que su reproducción fuera de la regla. Esta situación ante los ojos de los sujetos ajenos a esta comunidad o ante sujetos que tienen un comportamiento moralmente apegado a la “regla” es absurdo e incomprensible; Bourdieu comenta que el concepto de estrategia no solamente debe ser tomado en cuenta por los actores sociales en el juego, sino que, incluso el científico social debe tomarlo en cuenta como un elemento teórico que existe en el análisis real de las sociedades, si quiere que su estudio sea más real.
Respuesta:
Y eso exactamente es lo que piensan los que forman la “comunidad” que acepta la corrupción de aquellos que no transan.
J- Serrano
B) ¿Las normas formales como la ley y la política (como mecanismo de definición de la ley) se estructuran de manera tribal?
C) ¿Puede encontrarse aquí una aplicación de la propuesta de Bourdieu?
B) Sí. El principio de las normas formales es precisamente el acuerdo colectivo es decir la estructura de manera tribal, el beneficio del todo sobre las partes. El conjunto de acuerdos objetivos sobre las subjetividades.
C) Sí. En este caso reflexionar sobre las prácticas corruptas me remite a dos puntos que habría que tomar en cuenta:
a) El consenso sobre lo que se considera corrupción en una sociedad actualmente tan numerosa y diversa, así como,
b) La funcionalidad de lo que actualmente se considera una práctica corrupta, pues como comenta Bourdieu, las estrategias se generan como una forma práctica y funcional de sobrevivir en la experiencia diaria y cotidiana del sujeto inmerso en una comunidad; además de reconocer que en la vida diaria o sea la real, los sujetos son los constructores del modo de vida de una comunidad, de ahí la importancia de legislar desde las realidades y no desde las idealidades. Si como científico estudioso de los fenómenos sociales, no se toma en cuenta el campo de estudio real, sino que por el contrario se estructuran nuestros conceptos desde la idealidad, no podremos empatar la realidad con nuestra propia idealidad.
Referencias
Bourdieu, P., (2000) Cosas dichas. Barcelona, Gedisa.
Bourdieu, P. (2008) Capital cultural, escuela y espacio social. México, Siglo XXI.
Con respecto a estos comentarios, parecen explicarnos cómo convergen los mecanismos de negociación en el grupo, los acuerdos implícitos que rigen las interacciones entre los integrantes de un mismo grupo.
Hay que destacar que la corrupción sólo existe si ocurren dos fenómenos, por una parte la cohesión bajo un hábitos en un grupo. La presencia de un segundo grupo que se rige por otro hábitus, pero que es capaz de parasitar al primero.
A) Las comunidades introducen en su funcionamiento una serie de estrategias para la reproducción y conservación. ¿Esto puede explicar fenómenos que observamos en México a modo de corrupción u ilegalidad?
Sin duda alguna podemos explicar el fenómeno de la ilegalidad, diario vivir en México a través de las estrategias que nos propone Bourdieu, pues como bien han dicho mis compañeros, la teoría del francés invita a concebir las prácticas ilegales como estrategias generalizadas, se trata una vez más de jugos, en los cuales los jugadores deciden tener esa forma de “diálogo” con las reglas, tan ambiguas como Bourdieu las define, que por lo mismo, ocasionan estas prácticas, estos habitus.
B) ¿Las normas formales como la ley y la política (como mecanismo de definición de la ley) se estructuran de manera tribal? ¿Puede encontrarse aquí una aplicación de la propuesta de Bourdieu?
Precisamente Bourdieu prefiere sustituir el concepto de regla por el de habitus, pues el primero le parece muy ambiguo, expone que permite hacer desaparecer el problema mismo que se trata de plantear: no se sabe nunca exactamente si por regla se entiende un principio de tipo jurídico más o menos conscientemente producido y dominado por los agentes o un conjunto de regulaciones objetivas que se imponen a todos aquellos que entran en un juego, en cambio con la noción del habitus, de sentido práctico, de estrategia, no se cae en el subjetivismo. De modo que sí, se puede encontrar algo de la teoría de Pierre Bourdieu en la estructura de las normas formales (aunque Bourdieu odiaría saberse “estructurador”).
Aplicas correctamente algunos conceptos del corpus de PB a la situación mexicana, pero pudiste aplicar otros más.
calif. 9
La juricidad de las reglas no pasa por lo que es mejor para todos sino que más bien se puede hacer de un conducta una regla, no obstante esta no nos lleve a un buen fin como grupo, el individualismo versus bien común nos deja claro que no obstante que algunas conductas no cumplen con la regla, se han regularizado de tal forma que son ya aceptadas, lo cual nos deja claro que el poder de la aceptación social a veces es mayor que el que la jurisprudencia dice, porque aunque el derecho busque analizar la conducta de la misma manera en que la lógica busca analizar más la fórmua que el contenido podemos ver que esto no es posible, se juega o se aprende a jugar, no existe otra opción, porque el hecho de no querer jugar te coloca en una parte del juego mismo.
OK. Y concluyendo de tu comentario, que innevitablemente pasamos a ocupar algún puesto en el espacio social.
Empero, las cuestiones de cómo asimilamos una norma o nos revelamos a ella, queda insuficientemente desarrollado.
Calif. 7.